domingo, 26 de julio de 2015

·Llama·

Charles Darwin estudió la evolución de los seres vivos a través de la selección natural. Y aunque la calle y la televisión esté reinada por criaturas que parecen haber involucionado, la teoría del naturalista inglés no se terminó en el dibujo del hombre erguido. Seguimos evolucionando, porque hoy en día viajamos y nos mezclamos con otras culturas, y al contrario que con nuestras mascotas, hacemos que nuestras 'razas' sean cada vez menos puras. Y a mi, es que la fusión me vuelve loca, no sólo en la cocina.

Ya lo vimos en el post anterior con Vino Veritas. Una filosofía idéntica es la que han aplicado el dúo de diseñadores Lars Larsen  y Jakob Lange para Llama, un restaurante de sabores sudamericanos entre fiordos de Copenhagen. 



Originalmente el local donde se encuentra era un bajo oscuro que carecía de personalidad, por ello los diseñadores quisieron conectarlo a la ciudad haciendo una entrada más transparente, con un contenido lleno de color que reclamara la atención del visitante.



Llama te hace viajar por toda Sudamérica a través de sus platos: Perú, Bolivia, Argentina, México, Ecuador, Chile... me vienen esos sabores picantes y cítricos tan característicos de su gastronomía, y no puedo evitar verlos reflejados en su explosiva paleta de colores.



Siendo fieles a su cultura y al igual que en sus cocinas, han logrado la fusión perfecta entre los estilos de la fría tierra escandinava y la cálida Hispanoamérica. Una apuesta fuerte sin duda el uso del mosaico por todo el local. Una opción brillante usar un 50% del campo visual con sus caóticos hidráulicos, contrastando con un otro 50% de negro y líneas minimalistas. De esta manera logran armonizar el espacio, chapeau señores.

Y no me despido sin antes mostrar mi particular paleta de colores, en la que podréis encontrar elementos de decoración que están bien pinches :)


Cojines y papel de pared: Anatomy Boutique London
Cubertería: Cutipol



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